
Bajando de vez en cuando al bosque y jugando entre los árboles. A rápida velocidad esquivando ramas, imaginando batallas con triunfos suspirables.
Pero después de un rato, como siempre al final del juego, posado sobre una rama, el silencio prevalece. Solo alcanzo a escuchar los mismos sonidos de la naturaleza.
Y así, más rápido que como aparecieron, acelerado por el sonido del bosque... los escenarios, las batallas, y águilas, se desvanecen... sobre un bosque de profundidad infinita hasta donde alcanza la vista.
Así entonces, abro un poco melancólico mis alas, y me dirijo otra vez al cielo azul, a buscar desde arriba, esas figuras entre los árboles, con las que deseo volar.
Imagen tomada sin permiso de éste post =) http://svocuadernocampo.blogspot.com/2007_11_01_archive.html